La asistencia sigue siendo irregular, es decir, los imponderables imponen que no siempre sea la misma audiencia, es por ello, que luego de la oración y antes de dar el inicio, se debe retomar el hilo conductor de las dos sesiones anteriores, sin embargo, quienes asistimos tenemos la certeza que hoy debemos culminar el proceso y la buena disposición que se refleja en los rostros de los miembros de las distintas entidades que se rigen por los mandatos de las Hermanas de la Caridad, hace presagiar que habrá humo blanco al termino del día y así ocurrió la mayoría de los grupos asistente tuvo su plan mejorado y bajo los influjos del los núcleos establecidos en la 1ª jornada.
Luego de un arduo trabajo mental todos entusiastas fuimos a la mesa del señor para alimentar nuestros espíritus y allí fue que se cerró el ciclo, pues recibimos al pastor que permitía que nuestros anteriores obsequios (oveja y sandalias) se juntaran como en una verdadera trinidad, la que nos permitirá avanzar con fuerza y creer firmemente en que los “más pobres” son los que verdaderamente nos necesitan. Pero antes de la bendición, el padre en su reflexión nos daba una suerte de sugerencias: Ser humildes, sinceros y sin máscaras fue una de ellas, manifestar que no podemos ser portadores de toda las verdades y que debemos confiar en el otro para crecer en Xto y lo primordial fue que no basta decir con decir que DIOS ES AMOR sino que demostrar que el verdadero encuentro con Xto es lo que nos permite decir a ciencia cierta que somos CRISTIANOS.
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